Desde épocas inmemorables, el cambio
climático ha sido un factor de duda, desinterés y hasta preocupación para el
ser humano. Inicialmente, sus influencias o consecuencias sobre el clima del
planeta no eran tan notorias, no obstante, a medida que se iba presentando
cierta forma de "evolución", sus incidencias sobre el equilibrio
natural del planeta comenzaban a dar pequeñas voces de alarma, las cuales sólo
llegaron a ser importantes para la humanidad cuando se preveía una destrucción
inminente.
En la antigüedad, los forzamientos, es
decir, factores que afectan al clima, debido a desequilibrios del sistema
atmosférico de la tierra; generaban pequeñas alteraciones sobre el clima de
cada una de las regiones, puesto que las actividades de la época no eran
grandes emisoras de gases de efecto invernadero. Tales forzamientos se pueden
dividir en dos grandes agrupaciones, la primera de ellas se denomina
forzamiento natural, ya que está compuesta de factores propios del planeta y su
dinámica interna, entre ellos podemos encontrar a la actividad solar, las
erupciones volcánicas, a los rayos cósmicos atmosféricos y finalmente al factor
orbital de la tierra y su eje de rotación. Estos factores se pueden tomar como
una generalización de los forzamientos naturales a lo largo de la historia, no
obstante, a la época antigua se le pueden adicionar otros factores como lo son
la glaciación. Adicional a esto, la segunda agrupación de los forzamientos está
dada por la antropogenica, la cual responde a todos los efectos, procesos o
materiales que son el resultado de actividades humanas. En la época antigua,
dichos desequilibrios estaban dados por actividades como la agricultura,
minería y construcción. Sin embargo, dichas actividades no son un detonante o
principales causas de los problemas climáticos del siglo XXI.
El detonante, o en otras palabras, la
época encargada de generar la mayor huella en el cambio climático está dada por
la revolución industrial, comprendida entre la segunda mitad del siglo XVIII y
principios del siglo XIX. La expansión colonial, los mercados financieros y la
acumulación de capital fueron las principales causas de tal revolución. Además,
el trabajo manual en los años previos a tal periodo generaron un afán en la
sociedad, la cual buscaba aumentar su producción. Sus innovaciones más
importantes era la maquina a vapor y Spinning Jenny (potente maquina
relacionada con la industria textil). Así mismo, la mejora en las rutas de
transporte generó posteriormente el ferrocarril. En adición a esto, tal revolución
generó un aumento en la capacidad de producción, una disminución en los tiempos
de realización del producto, la producción en serie y una disminución en los
costos de producción, lo cual se traducía en mayor producción por igual precio.
Aunque todo parecía ser
"perfecto" para la época, la marca ecológica que se estaba generando
sobre el plantea seria la más grande durante la historia; pues las actividades
que generaban tanta "perfección" o el denominado "avance"
era grandes fuentes de gases de efecto invernadero, como lo son el dióxido de
carbono, metano, el óxido nitroso, los halocarbonatos, el ozono, el vapor de
agua y los aerosoles.
Después de la revolución industrial, a
finales del siglo XIX, los científicos argumentaron por primera vez que las
emisiones humanas del efecto invernadero podrían cambiar el clima, pero los cálculos
fueron cuestionados. Adicionalmente, en la edad post-industrial, los
forzamientos naturales y antropogenicos también han sido significativos, no
obstante, en menor medida a los proporcionados durante la revolución
industrial.
El papel que
juega el ingeniero, el medico, el humanista, el administrador, en general todo
el conjunto de seres humanos que viven sobre la faz de la tierra en el cambio climático,
está enfocada hacia el cuidado y preservación del medio ambiente, debido a la utilización
incontrolada de recursos naturales, gracias a una cultura arraigada que se
supone que los recursos son ilimitados, a un sistema capitalista y emisión de
gases de efecto invernadero, estamos haciendo un uso inadecuado de los recursos
escasos, generando calentamiento
global, aumento en las temperaturas, puesto a la destrucción de la capa de
ozono, entre otras consecuencias.
Principalmente el ingeniero industrial
posee una relación mucho más estrecha con este problema, ya que este es el
encargado de gestionar las plantas productivas y ser un enlace entre las
empresas y el consumidor, mediante el producto terminado. Las plantas
productivas al ser las principales emisoras de gases de efecto invernadero son
constantemente tildadas por organizaciones ambientales de ser fuente la antropogenica más incidente en el cambio climático. Por ende, el ingeniero
desde la manufactura posee la labor de generar procesos productivos más limpios
y sistemas de suministro de materias primas más consientes sobre la escases de
los recursos, en donde, este devuelva de una u otra manera el daño causado al
planeta. Además, desde el campo logístico posee la responsabilidad de buscar
sistemas de transporte mucho más eficientes y basados en combustibles amigables
con el medio ambiente. De igual manera, desde el ámbito de la planeación
de selección de lugar de construcción de una planta productiva, pues se debe
buscar espacios físicos, en donde no se destruyan hábitats naturales, no se vea
necesaria una redirección de las aguas superficiales, ni mucho menos se
realicen acciones de llenado de humedales, bahías, pantanos, lagunas o lechos
de ríos.
Adicional a
todo esto, otro factor que incide en el cambio climático es el aumento demográfico,
pues la tierra está viviendo un límite de sobrepoblación, por ende se debe
buscar un control de natalidad y principalmente una disminución de la población
actual, debido a la escases de recursos naturales.
Continuando
con el papel de ingeniero industrial en el cambio climático, no es adecuado
pensar que al ser este un gestor en una fabrica entonces directamente su labor
en dicha problemática sea negativo, pues hoy en día se pueden encontrar muchas
empresas, las cuales poseen unos ingenieros industriales que lograron cambiar
procesos productivos con altas emisiones de gases de efecto invernadero en
procesos limpios y ecoamigables, como por ejemplo Ikea, Danone, Nivea y Dove. Además,
un reciente estudio presentado por la UCLA demostró que las empresas
"verdes" son 16% más productivas, por ende, las organizaciones se
pueden ver incentivadas a dichas labores, debido a que no serán gastos para
ellas, si no beneficios. De igual manera, una buena disposición de los desechos finales, también permite al ingeniero industrial plantear programas de reciclaje y reutilización de la materia prima.
A
modo de conclusión, el cambio climático es una problemática que nos compete a
todos los seres humanos, debido a que cada uno en su diario vivir ejerce
ciertos forzamientos (antropogénicos) que generan desequilibrios en el planeta,
además, si todos ponemos nuestro granito de arena en la causa, el cambio que se
podrá generar será significativo. Asimismo, existen ciertas personas,
profesionales, que pueden ejercer cambios más significativos y beneficiosos
para el sistema climático, como lo son los ingenieros industriales, los cuales
poseen la ardua labor de implementar procesos productivos ecoamigables y demás
acciones que contribuyan de manera positiva en dicha problemática.